Escribe: Edgar
Romàn Fassano y su Àngel “Pepito”, asistiendo a la Escuela de Marìa
MARÌA: “Queridos
hijos, preparen la venida de Cristo Niño, decorando un àrbol de Navidad en sus
corazones.”
PEPITO: Coloque a su alrededor los regalos de la calma, el
perdón, el servicio, la bondad y la devoción, cada uno envuelto en el papel
dorado de la buena voluntad.
EDGAR: Preparémonos
para la llegada del Niño Jesús, limpiando la cuna de nuestras
conciencias cubiertas por el óxido del
egoísmo y la indiferencia.
MARÍA: “Mediante la
oración diaria preparan la cuna para
recibir al Niño Divino”
EDGAR: Permitamos que Cristo venga a la tierra por segunda
vez y nazca en nuestro interior.
PEPITO: ¡Únanse a la adoración, en todos los templos del
mundo, para que Cristo derrame PAZ en el altar de todos los corazones devotos!
EDGAR: ¡Oh Señor! Haz que nuestros corazones sean
suficientemente amplios para poder contenerte!
MARÍA: ¡Cristo, hazles
comprender que Tú eres el mejor refugio contra todo daño y enseña a tu Pueblo a
amar a Dios Padre como lo amas Tú!
PEPITO: Remodelen la cuna de la conciencia con las
resplandecientes cualidades del alma: la humildad, la fe, la abnegación y la
generosidad.
EDGAR: Cristo ha calmado las tempestades en el mar de mi
vida y Él caminó sobre las agitadas aguas de mi mente.
MARÍA: “Disfruten del nacimiento de Jesús en sus
mentes, en sus almas y en todo su ser”
PEPITO: Todos sus pensamientos están adornando el árbol de Navidad atados con la
cinta dorada de las oraciones que sus corazones elevan a Cristo.
EDGAR: ¡ Divino Niño,
tú que sabes mis pesares pues todo te lo confío, da la paz a los turbados y alivio al corazón mío!
MARÍA: “ Oh, Cristo
Viviente! ¡Tú que estás presente, revélate en la fuerza de tu luz y en el poder
de tu Sabiduría!
JESÚS: El Espíritu
del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido, para que dé la BUENA NOTICIA a los pobres, la
libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los
oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor. Lc.4,18-19
EDGAR: Hermanos,
permitamos que el Señor, en la mañana de Navidad abra los magníficos
regalos del corazón y que cada día se convierta en una verdadera
comunión divina.
MARÍA:“Hijitos, sean
dóciles para que la voluntad, la fe, la oración, obedezcan a los mandamientos de Cristo que se
les ha revelado”
“Los abrazo con mi protección”
EDGAR: Gracias “Dios con nosotros” por venir
a abrirnos las puertas de la Salvación.
Aquí
está mi pesebre…. JESUS, ven a seguir creciendo en mi interior.
Y será
hasta el Año que viene y te deseo una SANTA NAVIDAD.
Edgar
Román.